Acuden a los escaparates como las polillas a la luz de las lámparas. Rebotan, insistentes, de un cristal a otro hasta que, al fin, tras el parpadeo de una puerta que se abre automáticamente o el esfuerzo de empujarla con los brazos, se encuentran en el interior de una tienda, un centro comercial, un supermercado. Entonces, con propósito renovado, revolotean por pasillos y mostradores, ansiosos por soltar su carga: el dinero que les quema las manos.
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Foto: MAN RAY(Mannequin with a bird cage over her head) [Leaf 19]: from Resurrection des Mannequins 1938-66
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