Thursday, 28 May 2009

Isla de palabras


Cuando yo tenía seis años vi en un libro una puerta que se abría con solo leer sus palabras. Al otro lado, había una posada donde abundaban las historias de piratas que me hacían olvidarme del aburrimiento de mi cama. Mientras mi familia se afanaba en hacerme tomar las medicinas o en ponerme el termómetro, yo buscaba la isla del tesoro.
─ Este niño no debería leer tanto.
─ Este niño llegará a ser un escritor importante.
─ Este niño se nos muere.
Cuando dejé de oírles supe que estaba a salvo. Mi pala acababa de dar con el cofre del tesoro. Alguien cerró detrás de mí las páginas.
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Este microrrelato resultó ganador del concurso “Tu vida en un libro” organizado por la Escuela de Escritores en conmemoración del día del Libro, en abril de 2009. Y está dedicado In Memoriam a mi abuelo Luciano, cuya voz escucho en las palabras de este relato como si todavía estuviera aquí, a mi lado.

Friday, 15 May 2009

Inocencia perdida


Con el tiempo, acabó por descubrir que sus padres eran no sólo los reyes Magos y el ratoncito Pérez, sino sobre todo el monstruo debajo de la cama.

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Foto: Ilustración de “Where the wild things are” (1965) de Maurice Sendak.

Monday, 11 May 2009

El voyeur


Mientras encendía el cigarrillo, Mario recordó que, la última vez, alguien había corrido a cerrar las cortinas al ver la llamita en la oscuridad. Sin dejar de mirar a la pareja desnuda en el hotel de enfrente, aplastó la colilla. A su pesar, no quería hacerse esperanzas. Siempre era igual: los huéspedes entraban en las habitaciones, se quedaban un instante confusos, como si todavía estuvieran en un andén o en el hall del aeropuerto y, de pronto, volvían en sí y se lanzaban a disfrutar de esa intimidad impune de las habitaciones alquiladas: se paseaban desnudos, comían tumbados en la cama o se miraban durante horas en el espejo. Pero todos, antes de su último acto, cerraban las cortinas. Y Mario se quedaba solo, más solo que antes. Ahora, las cortinas seguían abiertas y, en el rectángulo iluminado, la mujer, inclinada sobre el hombre, movía la cabeza arriba y abajo con la precisión de un metrónomo. Mario cerró los ojos y los volvió a abrir, impaciente. Después de un rato, vio al hombre montarse sobre la mujer y sacudir la pelvis hasta que, tras una breve descarga eléctrica, los dos se quedaron quietos. Mario contuvo el aliento. Al verlos cerrar las manos sobre la cara del otro, se mordió los labios. Era verdad: habían empezado a desenroscarse las cabezas.

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Foto: Fotograma de "Peeping Tom" (1960), dirigida por Michael Powell.

Thursday, 7 May 2009

Seis palabras le perseguirían por siempre


En sus sueños todos seguimos vivos.



Vendo vestido de novia, sin estrenar.



Se suicidó al cumplirse sus deseos.



Crecieron, se multiplicaron, destruyeron el Mundo.



Quiere haberse enamorado por última vez.



Se atragantaron con huesos de perdices.

Friday, 1 May 2009

¿Cabe un cuento en seis palabras?


Desapercibido, sólo sonreía en fotos ajenas.


De un disparo, descubrí la verdad.


Seguía atrapado en un tiempo imperfecto.


En la isla nadie sabía nadar.


Sólo despierta cuando no duerme solo.


"Te cuento", fueron sus últimas palabras.

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Foto: Douglas Gordon, "Superhumanatural" (instalación en Inverleith House, Edimburgo) (2006)