Por las noches, después de la cena, friega los platos y recoge la cocina, interrumpiéndose de vez en cuando para tratar de adivinar qué programa de televisión estará viendo su vecino, ese hombre solitario y tímido que le sonríe cuando se cruzan en la escalera. Después, se cepilla los dientes y se acuesta. Le gusta leer en la cama, aunque a veces le es díficil concentrarse. Cuando oye la cisterna del baño en el piso de arriba, apaga la luz y se queda quieta, con los ojos abiertos. A pesar de la costumbre, todavía se le acelera el corazón. Escucha pasos sobre su cabeza y silencios y ruidos indescifrables y, al fin, con una claridad asombrosa, la voz que dice: te quiero. Y se va quedando dormida mientras, arriba, sin que ella lo sepa, su vecino besa la frente fría y acartonada de la que no quiso amarle.
Friday, 26 February 2010
Rituales
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Qué interesante pieza, Nacho. A mi juicio, deberías darle a este blog tuyo mayor difusión. Acercarlo un poco a los demás, para que disfruten de tu talento.
ReplyDeleteAbrazos desde Madrid
Cuando he empezado a leer me ha recordado el microrelato de Pep Bruno del libro "99 Pulgas" titulado "Mira por la ventana" que os transcribo para compartirlo:
ReplyDelete"Mira por la ventana y verás a una mujer que como tú, mira por la ventana justo desde la casa de enfrente. Gira y disimula, ve a la cocina y sírvete un vaso de agua. Sólo por hacer y matar el tiempo y despistarte de la ventana. Pero en ese momento tendrás la certeza de que la otra mujer también giró y disimuló y fue a la cocina y se sirvió un vaso de agua, sólo para hacer y matar el tiempo y despistarse de la ventana, y que en ese momento ella también tendrá la certeza de ti y de tus movimientos".
Pero tu relato da un giro estupendo e incorpora en el final todo un argumento de novela en dos frases. ¡Qué bueno!...una vez más mi enhorabuena.
Muchas gracias por vuestros comentarios, que me animan a seguir. Y, gracias, Marta por el cuento de Pep Bruno, que es muy bueno.
ReplyDeleteAbrazos,
Nacho